Ay, Federico, te mereces más
- Emi Aguilar
- 20 ago
- 2 Min. de lectura
que este intento de superar la elegía de Machado.
Querido poeta hermoso, deberíamos tomar palas
para buscar tus solitarios huesos y dejarte guirnaldas
entre Viznar y Alfacar en los áridos montes de Granada,
tu Granada. En cambio, te profanan los que bailan
tus poemas con música electrónica. Como el actor
de Boston con barba de media tarde y botas de trabajo
golpeando el escenario en el papel de Bernarda Alba.
O yo, que les pedía a los alumnos declamar estrofas
del «Llanto por Ignacio Sánchez Mejías».
Con manos sudadas y voces temblorosas, ¿te deshonraron?
¿Deshonraron al poeta matador? A veces la suma
de su escaso español bastaba para saborear tu homenaje.
No me arrepiento de haberlos hecho sufrir memorizando
tus versos. Es más, espero que les haya quedado el gusto
de tu poesía en la boca y que aún te recuerden un poco
cuando oigan decir tu nombre.
Federico, me enamoré de ti a los dieciséis años.
Me embelesaron tus desventurados amantes gitanos
y me enfureció la Guardia Civil con corazones
tan duros y negros como sus tricornios. ¿El duende?
Nunca alcancé a caer en la cuenta, pero estuve dispuesta
a buscar su esencia y aún lo estoy. Y ahora que te llevo
cuarenta años de vida, me acechan las espuelas de tus jinetes
apurando el compás cual taconeo en la llamada final
de bulerías. El cantaor sabe lo que tú bien sabías,
pronto se acaba el baile.
Lois Baer Barr
Actualmente tutora de alfabetización para refugiados en Chicago, Lois Baer Barr es profesora de español jubilada de Lake Forest College. La poesía es para ella una manera de investigar las vidas de los demás y entender sus propias manías. Estudia flamenco en Pilsen con la maestra Wendy Clinard.
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